miércoles, 20 de febrero de 2013

Introducción


Theáh, año 1675


Las cosas han cambiado mucho desde que la Revolución montaignense acabase con el despótico gobierno de L´Empereur León XIV.  El general Montegue du Montaigne reina ahora en calidad de rey: ha acabado con los desmanes de la revolución, ha normalizado las relaciones entre Montaigne y la Iglesia y ha acabado con las guerras de Ussura y Castilla. 

Castilla es otro de los lugares donde las cosas parecen estar moviéndose: el rey Sandoval ha comenzado a hacer frente al todopoderoso cardenal Esteban Verdugo, aunque el poder y el prestigio del inquisidor están intacto. 

En Avalon, un ardid de la astuta Maab y sus partidarios ha dejado a la reina Elaine sumida en una especie de sueño eterno. El gobierno del país está paralizado y los potentados avaloneses presionan al rey de las Marcas Altas James McDuff II para que ocupe el trono avalonés. Por su parte O´Bannon sigue a lo suyo, esto es viajar por Theáh y gobernar Inishmore cuando le viene en gana. 

En las otras naciones de Theáh poco o nada ha cambiado, salvo quizás la muerte de Vicenzo Caligari y su sustitución por su hijo, el poco espabilado Giangaleazzo. Villanova, ultrajado por su esposa y su amante, ha jurado encontrarlas y vengarse como se merece. 

Ser hechicero es cada vez más un actividad más y más peligrosa. 

Gracias a la llegada de Montegue al trono montaignés y al nombramiento de cardenales montaignenses, el colegio cardenalicio puede reunirse de nuevo en Ciudad Vaticana para celebrar el cónclave que elegirá al nuevo Hierofante que regirá los destinos de la Iglesia Vaticana. 

Tras cerca de 14 días reunidos, las campanas tañen y el humo blanco sube al cielo. Hay un nuevo Hierofante y todos quieren conocerle

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